Los cambios en la política ambiental que vendrán después del 1 de diciembre del presente año, pretenden re-direccionar gran parte de la política ambiental que se llevó a cabo en los últimos dieciocho años.
De manera paulatina y gradual, sin hacer mucho ruido, la política ambiental sufrió una subordinación a los intereses económicos y políticos del país, muchos casos de reservas ecológicas y recursos naturales como el agua, los bosques, el suelo, el aire fueron supeditados a una explotación irracional.
El modelo de desarrollo que se promovió durante los últimos 18 años aparento la sustentabilidad con un crecimiento económico desigual y altos índices de contaminación para la población más vulnerable.
La nueva encargada de la política ambiental en México tiene una tarea difícil, sin embargo, su propuesta “Agenda del Medio Ambiente 2018-2024” tiene rasgos interesantes que pueden darle un giro a nuestra política ambiental.
Una de las características sobresalientes de su propuesta es la reconstrucción del tejido social con un enfoque biocéntrico, lo cual se refiere a empoderar a las comunidades rurales como uno de los principales gestores del legado histórico y biocultural en nuestro país, ello vale la pena destacar, será un gran paso el otorgarles no solo reconocimiento sino apoyarlos para coadyuvar en la conservación de los ecosistemas, y digo coadyuvar ya que es responsabilidad de todos.
Comparto la idea de que la conservación se lleva mejor cuando hay proyectos sociales y productivos de la mano que las mismas comunidades proponen, quien mejor que ellas conocen sus recursos y los territorios, experiencias exitosas se han dado en algunas comunidades en nuestro país como Oaxaca, Durango, Chiapas, y en otros países como Bolivia, Brasil, Indonesia, etc., donde las comunidades rurales están generando su propio desarrollo conservando el medio ambiente.
Por otra parte, dentro de los ejes temáticos, existen diversos programas que sufrirán cambios y otros se fortalecerán. Por ejemplo, en el caso del Cambio Climático se propone una tasa de deforestación cero a través del manejo forestal comunitario, aunado a ello, recordemos que también se prometió plantar 1 millón de arboles maderables y frutales a través de sistemas agroforestales, en ese sentido se espera que haya una mejora en la masa forestal y de la economía campesina del país para combatir el cambio climático.
Por otro lado, se mejorará el comercio de CO2, en este punto, no dice si el impuesto al carbono continuará dentro del precio actual de la gasolina el cual afecta casi un tercio del precio. Desde mi punto de vista este impuesto al carbono en México, ha sido ineficiente para combatir la contaminación y sólo daña los bolsillos de los de menores ingresos.
Por otro lado, se mejoraran los procesos de ordenamiento del territorio desde nivel local, regional y nacional, a través del enfoque del manejo integrado de cuencas, el manejo integral de zonas costeras, de las zonas insulares, etc.
Como buena noticia, se restaurará a la CONANP como la institución que requieren las Áreas Naturales Protegidas, con técnicos, personal capacitado, presupuesto y capacidad de gestión a alto nivel. En el caso de las ciudades se promoverá la coordinación con SEDATU para reestructurar los planes y programas de desarrollo urbano con el fin de eficientar el uso de los recursos y disminuir la contaminación, cabe señalar que las ciudades ocupan el segundo lugar en deforestación, sin embargo, son las que mayores recursos naturales ocupan y emiten mayor contaminación.
A grandes rasgos la Agenda Ambiental pone en primer lugar al medio ambiente y a las comunidades como los agentes de cambio, la reestructuración y recuperación de la gestión ambiental como una prioridad, de la que se esperan mejores resultados.
Por último, un comentario es que aun cuando la propuesta para la nueva agenda ambiental es bastante prometedora, una clave para su éxito será la coordinación y la agenda transversal, ya que temas como las ciudades, bosques, agua, entre otros requieren de una coordinación y unificación de objetivos y criterios, para no volver a caer en lo mismo, planes que solo se quedan en buenas intenciones.
Por otro lado, la coordinación con la sociedad y los actores será otro de los grandes retos, las comunidades y ciudadanos deberán ser parte de esta gran estrategia y coadyuvar con los objetivos de disminuir nuestra huella ecológica, a través de los programas de reforestación, servicios ambientales, auditorias ambientales, planes de manejo, etc., sin embargo, también se requiere de una mayor cultura ambiental en nuestro país promovida desde la educación básica. Mis mejores deseos para la nueva política ambiental.
Dr. Sergio Ceballos
Catedrático Conacyt