En Argentina, en el Museo de Historia Natural de La Plata, se exhibieron seres humanos vivos a finales de la década de 1880, como se reflejó en esta columna (“Presos en el Museo”, 22/10/2015). Eran integrantes de los pueblos originarios, considerados como pertenecientes a una etapa inferior en la evolución del ser humano, en este caso tehuelches capturados por el Ejército Argentino en la infame “Campaña del Desierto”. Francisco Pascasio Moreno, más conocido como  Perito Moreno, dirigía el museo. Así se justificó desde la ciencia, la destrucción del “otro”, y el robo de sus tierras. El Perito Moreno es honrado como una figura importante de la ciencia argentina, del cacique tehuelche Inacayal muerto en el museo, sólo unos pocos se acuerdan.

En la mentirosa historia oficial argentina, la que me enseñaron en la escuela, los pueblos originarios aparecían en las dos o tres primeras páginas del libro de texto: eran los “indios” y había zonas imprecisas marcadas sobre un mapa: aquí los onas, aquí los ranqueles, aquí los tobas, aquí,… y después desaparecían, casi no se los volvía a mencionar. Fueron los primeros desaparecidos en un país que tiene una larga historia en hacer desaparecer opositores al poder. Incluso a científicos críticos, como es fue el caso de los editores de la revista “Ciencia Nueva” durante la última dictadura militar (“Ciencia Nueva”, 20/07/2017). Si el científico es funcional para el poder, será premiado. Si es crítico, será reprimido.

Y en esta historia que se sigue repitiendo, en Enero informábamos: “Hace pocos días la pequeña comunidad mapuche Pu Lof en Chubut, Argentina, que mantiene un conflicto con Benetton por la ocupación de sus  tierras, fue atacada con saña por la policía y la gendarmería de Argentina. Hombres, mujeres y niños fueron reprimidos con disparos y golpes, encarcelados e intimidados para que abandonaran sus tierras. No lo lograron”.

Hace pocos días el 1 de Agosto de 2017 la gendarmería argentina reprimió violentamente una manifestación de la comunidad Pu Lof en Chubut. El joven Santiago Maldonado, que estaba apoyando la acción de la comunidad mapuche, fue subido a un vehículo de la gendarmería y nada más se supo de él. Había desaparecido.

El viernes 11 de Agosto una masiva manifestación pidiendo la aparición de Santiago Maldonado llenó la histórica Plaza de Mayo en Buenos Aires, frente a la casa de gobierno. Sin embargo, como ocurrió con las dictaduras militares, parte de la población argentina apoya la represión de los reclamos populares, lo que incluye el secuestro, la tortura y la desaparición. Los votos que recibió el domingo el partido de Macri son un aval para seguir abusando. Los que apostamos por la vida, la memoria  y la tolerancia, seguimos enfrentando esa posición  con la verdad, el corazón y la palabra. Por nuestra dignidad y la de todos los desaparecidos. Aquellos a los que la ciencia les negó la condición de seres humanos plenos, aquellos a los que el poder hizo desaparecer.

 

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